viernes, 23 de noviembre de 2018

La vida sigue igual

Bueno, igual igual no. Por fuera, igual, pero por dentro mejor. Lo importante es navegar a favor de corriente, porque el río no va a cambiar su sentido por mucho que uno se enfade. Esto quiere decir que ahora sé un poco mejor quién soy y a dónde voy, o al menos a donde quiero ir hoy.
Ha pasado el Congreso Nacional y surgen proyectos de investigación que me ilusionan y me asustan. Empieza la reforma del piso, que me asusta y me ilusiona. Sigo adelante y por donde yo quiero.

Llega la Navidad, que no me asusta y me ilusiona mucho. Lo sé porque ayer vimos Cortylandia por primera vez esta temporada, pese a ser aún noviembre. Todo muy polianimal y antirracial, con predominio canino. Sin historia (introducción-nudo-desenlace), para desencanto de A. Pero lleno de luces, música y nieve artifical.
Así que este fin de semana (guardia aparte y cena de enfermería aparte), voy a comerme los polvorones que no me pude comer en mi cumpleaños y voy a guardar trastos en cajas para hacer hueco. Este año el Belén sale de su caja, el espumillón llenará la pared y voy a arrancar a Mariah Carey en bucle. 'Cuz Santa Clause is comiiiiing to taaaaaaaaaauuuuuuuuuuuuuuun 
😃


martes, 23 de octubre de 2018

Ni olvido ni perdono

Un mes y medio hace que no vengo por estos lares. Bueno, era de esperar. De hecho casi habría esperado no volver a aparecer hasta dentro de cuatro años... o nunca... Pero aquí estoy. Porque este mes largo he estado discutiendo si soy o no soy. Intentando entenderme. Y entre bodas de hermanas y resis pequeños, findes de escapadas y de guardias, sigo peleando conmigo mismo.

También es por eso que he vuelto. Porque en el fondo, ni olvido ni perdono. Es una gran verdad que tus mejores virtudes pueden ser tus mayores defectos. Ser inasequible al desaliento es lo que tiene: volverás, pero seguirás luchando día tras día tras día contra esa pared de hormigón esperando que tus golpecitos con la frente la echen abajo, aunque tenga varios metros de espesor. Al final lo que me hace infeliz es que no peleo porque tenga la ilusión de avanzar y ver lo que hay tras la pared... Es que continúo porque es lo que aprendí hacer.

Y hoy, al menos hoy, acepto que no lo sé hacer mejor.


lunes, 10 de septiembre de 2018

N O

Hoy no. O sea, hoy nada. Hoy triste. Tristeza. Es una tristeza como que anega, lentamente, sutilmente. Empapa los tejidos y las costuras que los unen. La mente se empeña en buscar una razón, todas valen pero ninguna es. Puede ser la preocupación por la salud, pero no es, porque no es grave. Puede ser miedo al abismo, pero hay suelo, y hay miedo, pero lo veo y lo toco con la mano. Puede no ser nada. Sueño, cansancio, tareas acumuladas, ganas de huir y no hacer nada o correr y hacerlo todo. O que se acerca el inverno, aunque me jurara un año de diez primaveras. Puede ser miedo al invierno, esté o no esté. Puede ser la luna nueva de ayer, que hoy sólo se ve una centésimo quincuagésima parte.

Pero sé cuatro cosas con seguridad: tengo sueño, quiero dormir, no quiero trabajar, me hago bicho bola.

Hoy no.

Mañana...

Ya veremos.

viernes, 7 de septiembre de 2018

Es verdad que a veces no hay títulos

Continuamos sin incidencias, saliendo del pequeño bache de salud de la semana. Menos estrés, las clases casi preparadas (como a un 50%), los detalles de la boda más avanzados, y el resto.... pues todo llegará, ¿no?

Nos vamos a Castellón el fin de semana. Me toca dar una clase, y de paso vemos a la familia interracial interR y a su pequeñuelo. Quiero parar por el camino para comprarle un juguete. Me temo que no habrá playa porque los augurios meteorológicos no son buenos, pero habrá paella, vino y buena compañía. Lo que más pereza me da es el viaje en coche, conduciendo yo sólo las más de 4 horas. Creo que le pasaré el testigo a A. un ratito, a ver si el hombro le deja ya manejar el volante sin dolor. Por probar...

miércoles, 5 de septiembre de 2018

Amanece de noche

Se va notando que pasa el tiempo, y aunque apenas estamos entrando en Septiembre, ya salgo de casa de noche. A lo mejor son las últimas veces que vivimos esta situación. Están amenazando las Uniones Europeas y Gobiernos varios con finiquitar el cambio de hora. Incluso con cambiar a España al huso horario "que le corresponde". Como hagan eso me matan. Estilo inglés, amanece a las 5 (súper útil (es ironía)) y de noche a las 4 de la tarde. Cuando estuve visitando a mi coR en Cambridge en noviembre llegué a la conclusión de que si todos los británicos se suicidaran en masa, sería totalmente comprensible.

Me duele la pierna. Se supone que es este par de zapatos. Bueno, el único que tengo, no soy de cambiar cada día de zapatos yo. Supongo que también influyen la edad y el peso. Que se yo.

A ver si el día me cunde, porque quedan 10 días para la boda y está la mitad sin hacer, una semana para que empiece el curso en la Facultad y la mitad de las clases sin hacer, y ya llega el otoño y tengo medio cerebro sin hacer. Y a ver si escribo de noche, carajo, que por la mañana pronto no tendré tiempo.

sábado, 1 de septiembre de 2018

Otra semana se va

As usual, soy un jodido desastre. Aquí estoy acabando una guardia de sábado, con mood total de domingo, pensando en que no he actualizado desde hace... bueno, desde hace demasiado seguro.

La semana empezó con guardia, siguió con martes de terapia, hasta ahí había poco que contar (aunque siempre se puede contar algo). El miércoles tuvimos la inauguración de piso del futu- digo de la nueva incorporación del grupo. Así que allí nos montó un cóctel, porque tiene pocas sillas, y allí nos juntamos tres parejitas. Nos nombraron los Pepa-y-Avelino, porque somos la que más llevamos. Evidentemente, yo soy Pepa. Y no les pegué por la cerveza. Y las dos botellas de Rioja. Y el cava francés viajero.

Todo ello derivó en un jueves que no podría haber sido más cagado. Probablemente podía, pero yo con quería descubrirlo. Me levanto con resaca, con cinco horas raspadas de sueño, y me encuentro con que el depósito de gasolina del coche hoy piensa que tiene la mitad que ayer. Vale que ya estaba en reserva, pero el miércoles me regalaba 100 Km de autonomía, y el jueves... ¡¡¡DEPÓSITO PELIGROSAMENTE VACÍO!!! o algo igual de acojonante. Ale, a desviarse del camino a una gasolinera para no arriesgarme a no llegar a la que hay junto al curro... Y menos mal: cuando salgo de la autovía (tarde), me avisan de que voy con la rueda "un poco baja". Creo que le quedaba 1 mm de altura o así. Aparca, haspinchado, taxialtrabajo, grúa, llegaalgaraje, paramañanaestá, porfaporfaporfa, buenovengahoy... Es como la cuarta o quinta vez que cambio  esas ruedas del coche, así que me he propuesto encontrar sí o sí porque les pasa esto. Pero ya la semana que viene.

Ayer, aparte de hacer nada media tarde, fuimos a ver "Dos más dos" al Teatro La Latina. Tengo que decir que me encantó, me reí con lo cómico y me sobrecogí con lo trágico mientras el resto del respetable seguía riéndose. Too much empathy. Daniel Guzmán estuvo soberbio, increíble como actor; Miren Ibarguren no defraudó; Álex Barahona se quitó la camisa (ya, ya, recurso fácil), Kira Miró también estaba por el escenario, creo... Luego cena en "Los huevos de Lucio", que está bien pero no tanto como para convertirse en restaurante de cabecera.

Y hoy... hoy... Mejor mañana, a ver si yo no tengo contractura dorsal, y A. no tiene nada de lo que quejarse y qué sé yo. Estamos. O algo.

lunes, 27 de agosto de 2018

Noches de luna llena

Pues nada, aquí acabando otra guardia. Tengo que empezar a acostumbrarme a escribir también en casa, porque me quedan aquí unos agujeros que el blog parece un queso Gruyer. Vale que luego lo cuento todo en el siguiente post, pero es corriendo y apretado. Como ahora:

Ya tenemos el primer presupuesto para la reforma del piso, y dobla lo que teníamos pensado. Como no sabemos si lo que tenemos pensado es lo que tenemos disponible, tampoco sabemos muy bien hasta donde llegará la reforma. Tenemos que esperar a los otros tres presupuestos. El punto positivo es que no me ha afectado emocionalmente y he podido valorar alternativas a la situación. Y que mantengo la paciencia.

El fin de semana fue normal pero al revés. El sábado fue domingo y el domingo fue sábado. Ya arrastraba yo ese sueño y cansancio medio idiotas. El viernes le sumé un ligero dolor de cabeza, creo que estaba bastante deshidratado (nota mental (reincidente): beber más agua y menos mierdas edulcoradas). El sábado me quedé solo y me di un permiso de holgazán que luego pagué con un bajón de tres pares, y encima discusión. Al parecer, a A. le quedó todo muy claro cuando vio que había luna llena. Los dos somos 100tifikos, y poco astroinfluenciables, pero yo que sé. Si cuando hay luna llena me pongo tonto, quién soy yo para negarlo. Sobre todo si me ahorra media bronca y me aumenta la tasa de besoabrazos. Al final, la tarde quedó en paseo, hamburguesa en Mad Grill y vuelta a casa. Un chupito de beirão que nos trajimos de Portugal y un copóncho de Carmela  para ver la segunda en una semana de Woody Allen, "Granujas de medio pelo". Pufff, esta no, lo siento. Pero sigue poniéndome pelis clave, que al menos me culturizo.

El domingo ya estuve más animado. Claro, no estaba solo. La mañana fue una de esas locuras en las que paso a llamarme Maruja o Fernanda, me ato un pañuelo (metafórico) a la cabeza y le pego un repaso a la casa que queda como los chorros del oro. Pero brillis brillis oiga. Por la tarde fuimos a Las Rozas Village, y aunque no estábamos 100% convencidos, acabamos comprando en Brooks Brothers los trajes para la esperada boda del año (my sis's, no la otra, que también pero menos). Dice Internet que somos gente con clase que compramos trajes en sitios con solera neoyorquina. Olé tú. Quién quiere dos riñones y pa qué. Para rematar el día, hasta estudié un poquito de embrio renal :D

El día de hoy ha estado bastante bien. Los próximos días tendré algo más de faena con mis pacientitos, y de pasada me han calzado dos tareítas de divulgación científica, una de ellas bastante jugosa. Si las sumo a las clases pendientes y la charla para los médicos de AP, sumo cuatro propias, más las que superviso. Así que antes de que me coma la avalancha, digo aquí "BASTA" hasta que no me quite una no me pongo otra. A ver si Edu me cree mañana. La tarde también ha sido amena porque mi resi venesolana es muy aplicada y ha querido oírme parlotear lo poco que sé de diálisis durante... ¿tres horas? Pobre... Menos mal que ya nos vamos.

Y menos mal que ya es cuarto menguante...